La influencia de las redes sociales en la política, y por lo tanto en los procesos electorales, no es un secreto. Durante años se ha documentado el uso de información obtenida en plataformas digitales y la existencia de campañas focalizadas para influenciar la opinión pública. Sin embargo, todo lo antes mencionado ocurría en el lado oculto de las redes. Por primera vez las vimos tomar un rol activo en un conflicto político desde sus directivas y desde sus dueños. Sincronizadamente, Twitter y Facebook decidieron silenciar al todavía presidente de los Estados Unidos, argumentando que ponía en peligro una transición pacífica de gobierno.